Renovar los tanques de almacenamiento de alimentos
Los depósitos o cisternas alimentarios tienen muchos usos en la industria alimentaria. Por ejemplo, se utilizan para almacenar, mezclar, fermentar y transportar líquidos y otras materias primas. Al tratarse de alimentos, todos los depósitos deben manipularse y mantenerse en condiciones estrictas. Los depósitos de alimentos deben estar enteros para evitar la contaminación y reducir las pérdidas de producto. Aunque los tanques estén hechos de materiales duraderos y se inspeccionen periódicamente, pueden sufrir daños. ¿Qué daños pueden producirse? ¿Hay que desechar el depósito o se puede reparar? A menudo es posible reparar un depósito dañado. La forma de hacerlo depende de la naturaleza del daño, del diseño del depósito y de los requisitos.
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Materiales en tanques de almacenamiento de alimentos
Un depósito de almacenamiento de alimentos puede contener desde unos cientos hasta varios miles de metros cúbicos. Algunos depósitos son tan grandes que actúan como un dispositivo presurizado debido a su volumen. Los depósitos de la industria alimentaria suelen ser de acero inoxidable porque:
- son resistentes a la corrosión y pueden soportar sustancias ácidas y alcalinas. Por ejemplo, los depósitos de zumo y vino deben soportar un nivel de pH bajo
- es fácil de limpiar. La superficie de acero es lisa y evita el crecimiento bacteriano.
- es duradero y puede soportar rutinas de limpieza duras
- no afecta al sabor ni al olor
Si un producto es especialmente corrosivo, puede ser necesario un revestimiento para proteger tanto el depósito como el producto. Ejemplos de revestimientos son el epoxi y el poliuretano. Algunas cisternas pueden tener un recubrimiento de esmalte en el interior, por ejemplo las cisternas para cerveza o vino.

Aplicaciones para depósitos de almacenamiento de alimentos
Los depósitos se utilizan en varios sectores de la industria alimentaria. He aquí algunos ejemplos: Industria láctea: Los tanques de leche se utilizan para almacenar leche y otros productos lácteos. A menudo están equipados con sistemas de refrigeración para mantener la temperatura adecuada y evitar la proliferación de bacterias. Industria cervecera y de bebidas: Los tanques se utilizan para la fermentación y el almacenamiento de cerveza, vino, licores y otras bebidas. Los tanques de almacenamiento deben mantener las bebidas a la temperatura adecuada hasta que se embotellan. Industria del prensado de aceite y grasas: Almacenamiento y mezcla de aceites y grasas de plantas como el girasol, el olivo y la colza. Industria de la confitería: para almacenar azúcar, jarabes y otros ingredientes de dulces y bollería. También se utilizan para fundir y mezclar ingredientes como chocolate y otros rellenos. Industria del pescado y la carne: Los tanques se utilizan para almacenar y procesar carne y pescado. Industria panadera y cerealista: Se utilizan para almacenar harina, azúcar y agua para la producción de masa. Procesado de frutas y verduras: Para almacenar zumos, purés y salsas de frutas.
Daños comunes en los tanques de almacenamiento de alimentos
Con un mantenimiento adecuado, limpieza e inspecciones periódicas, se pueden evitar muchos problemas, pero a veces los depósitos siguen dañándose. Algunos daños frecuentes son:

Corrosión: El riesgo es mayor si el depósito está expuesto a productos químicos agresivos, ácidos o soluciones alcalinas. Una limpieza inadecuada con limpiadores a base de cloro o un contacto demasiado prolongado con sales también pueden provocar corrosión. Normalmente, los daños son visibles en soldaduras, juntas, válvulas y zonas de drenaje. En el peor de los casos, la corrosión crea agujeros o grietas que pueden provocar fugas y contaminación. Agrietamiento por corrosión bajo tensión: El agrietamiento por corrosión bajo tensión se produce cuando el acero inoxidable se somete a esfuerzos de tracción y, simultáneamente, entra en contacto con un entorno corrosivo (por ejemplo, cloruros). El riesgo es mayor en las industrias cervecera y láctea, donde se utilizan altas temperaturas y productos químicos. Las grietas suelen ser invisibles al principio, pero con el tiempo pueden provocar fugas.

Biopelícula: Microorganismos como bacterias o levaduras pueden formar biopelículas. Esto puede provocar corrosión y contaminación. Erosión: Se produce cuando los líquidos o sólidos fluyen rápidamente por los depósitos. El movimiento puede crear hoyos y superficies irregulares que se vuelven más difíciles de limpiar y aumentan el riesgo de proliferación bacteriana y corrosión. Daños por temperatura: Los cambios rápidos de temperatura pueden provocar grietas o deformar el depósito.

Agrietamiento: Puede producirse por esfuerzos mecánicos (vibración por agitación o bombeo) o cambios de temperatura. Las soldaduras y las esquinas son especialmente vulnerables. Las grietas pueden provocar fugas o contribuir a la corrosión si no se corrigen. Fallo de soldaduras y juntas: Puede deberse a una mala técnica de soldadura o a la exposición a productos químicos. Ambos problemas pueden debilitar las soldaduras y juntas y acabar provocando fugas.