Cada cisterna de agua de proceso es importante
El agua de proceso en la industria representa alrededor del 60% de todo el uso de agua en Suecia. La gestión del agua de proceso debe ser segura. Es necesaria para mantener la producción en marcha y proteger nuestra naturaleza. Las cisternas que contienen agua de proceso deben poder suministrar lo que se espera: la calidad de agua adecuada a la capacidad prevista. Una cisterna de agua de proceso con fugas podría comprometer tanto la capacidad de producción como la calidad del producto. Durante la producción, el agua de proceso puede contaminarse. Para ofrecer una buena protección tanto a las personas como al medio ambiente, las cisternas de agua de proceso deben ser de alto nivel
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Las cisternas de agua de proceso pueden tener un aspecto diferente
El agua de proceso se almacena de distintas formas. La solución elegida depende de la cantidad de agua que se vaya a almacenar, de cómo se vaya a utilizar y de la calidad del agua. Éstas son algunas de las soluciones más habituales: Cisterna de agua de proceso/depósito de agua de proceso: El agua de proceso suele almacenarse en grandes cisternas o depósitos. Pueden instalarse por encima o por debajo del suelo. Pueden ser de acero, hormigón o plástico (PE o BPA). El material utilizado depende de los requisitos de calidad del agua de la producción y de si el agua de proceso contiene productos químicos o contaminantes. Sistemas de presas: En la industria minera o energética, son habituales los sistemas de presas de hormigón.
Problemas comunes de los depósitos de agua de proceso
El agua es muy reactiva. Junto con diversos productos químicos y sustancias, el agua puede formar compuestos que pueden dañar la cisterna.

La corrosión es uno de los problemas más comunes. El agua con un alto contenido en sales (cloruros o sulfatos), con un pH bajo o que contenga productos químicos agresivos puede provocar corrosión. La disolución de oxígeno en el agua puede provocar corrosión. La corrosión rompe las paredes del depósito. Al principio, el daño es microscópico, pero si no se trata, se formarán grietas y el depósito tendrá fugas. En el peor de los casos, el depósito puede derrumbarse.

Las grietas pueden producirse por corrosión, pero también hay otras causas. Las grietas son más frecuentes en los depósitos expuestos a cambios de temperatura y presión. Los cambios de temperatura y presión pueden debilitar las juntas y uniones, provocando la formación de grietas. Un depósito con grietas tendrá fugas. La fuga puede significar que no hay suficiente agua de proceso para la producción. Habrá que añadir más agua y el consumo de energía también será mayor.

Los sedimentos se forman cuando el óxido y otros depósitos se desprenden de las paredes del depósito. Los sedimentos pueden obstruir tuberías y válvulas, lo que reduce el caudal y aumenta la presión. También puede contaminar el agua de proceso. Otro problema es el crecimiento de microorganismos, que puede producirse cuando el agua se almacena durante largos periodos y se expone a la luz solar. El problema es especialmente molesto en las industrias alimentaria y farmacéutica, donde los requisitos de pureza son elevados.
Evita problemas con la inspección
Como el agua de proceso puede afectar tanto a las personas como al medio ambiente, las autoridades han elaborado normas sobre la frecuencia con que deben inspeccionarse las cisternas. Las normas varían según la industria y las circunstancias. Si la cisterna contiene líquidos inflamables, como disolventes, la inspección de la instalación debe ser realizada por ley por organismos acreditados. Los intervalos son de 6 ó 12 años. Puedes encontrar más información sobre lo que se aplica a las cisternas aquí
>> (enlace interno) Inspeccionando con frecuencia, preferiblemente más a menudo que los intervalos exigidos por las autoridades, puedes detectar y solucionar las deficiencias en una fase temprana. Puedes encontrar más argumentos a favor de las inspecciones frecuentes en nuestro sitio web.